Esto es completamente falso. Quiero aprovechar este tema para contarles la manera en la que trabajo y tengan una idea del tiempo que invierto en una pareja.
Lo primero es la reunión previa, acá sin ser clientes confirmados invierto cerca de una hora para mostrarles mi trabajo, una boda completa y atender consultas de la pareja. Una vez que tengo el sí definitivo redacto el contrato y atiendo dudas sobre el contrato. Además, les envío una Guía de Bodas (tips para la boda) y programamos una segunda reunión, acá de nuevo tenemos cerca de una hora para ver y analizar la guía, nuestra meta es darle un acompañamiento a cada pareja.
Seguimos con el tiempo efectivo en la toma de fotografías: sesión de compromiso casi dos horas, de preparación cerca de dos horas también, en la boda por lo general rondamos las seis horas. Muchas veces se puede pensar que ya ese es el tiempo efectivo de trabajo; pero, todavía falta.
Continúo con el proceso de selección de imágenes: en una boda puedo realizar cerca de mil disparos, de las cuales algunas son secuencias muy similares, alguien quedó con los ojos cerrados o con una pose nada favorecedora. Estas, considero que son fotografías innecesarias, por eso me enoja cuando escucho decir que alguien más le ofrece “fotos ilimitadas”, cuando es así, vendrán todas esas fotos que definitivamente no van a querer mostrar. Acá invierto unas dos horas.
Sigo con el proceso de edición de fotografías y firma de fotografías, según el paquete elegido por la pareja este proceso me toma entre quince a veinticinco horas. Ya en este punto es cuando puedo hacer entrega digital al cliente, pero, si tenemos un álbum incluido y al ser 100% personalizados, puedo tener otro proceso de doce horas eligiendo las fotos y elaborando las páginas.
Como pueden ver, mi labor implica mucho tiempo y no solo las horas en que veo y acompaño a cada pareja.
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