En algunos casos he escuchado a personas decir que las buenas fotografías son producto de tener una buena cámara, si bien es cierto, la cámara es una parte muy importante de la fotografía, no lo es todo. Hay que tener diferentes conocimientos, por ejemplo, la composición, la pose, el entorno y principalmente la luz.
Hace poco realicé una sesión, cuando mostré una de las fotografías, desde la propia cámara, uno de los comentarios fue “que increíble las cámaras de ahora”, esta persona pasó por alto que tenía ubicados tres flashes en diferentes posiciones y antes de las tomas había realizado una medición de cada luz. Esa fotografía tenía un escenario bastante bonito, pero por la hora del día, sin importar la cámara que tuviera, no hubiese obtenido un buen resultado sin los flashes, sin colocarlos en la posición correcta y lo principal, sin hacer una adecuada medición.
Tener una buena cámara no es sinónimo de tener buenas fotos. En mi estilo de fotografía la cámara es complemento de todo el equipo que utilizo, sin dejar de lado la parte humana y artística. De nada serviría contar con todo esto si al final no le brindamos alguna dirección a la persona que vamos a retratar, no es bueno apelar siempre a la espontaneidad, cuando hay indicaciones logramos conseguir mejores resultados.
La buena cámara no lo es todo, en mi caso detrás de cada fotografía hay: equipo de iluminación, medición correcta de la luz, un poquito de dirección, composición y conocimiento adquirido.
Esta fotografía la tomé en horas de la noche, este lugar no tenía ningún tipo de iluminación, todo era oscuro. Subir el ISO de la cámara no servía de mucho, utilicé 2 flashes de frente y uno de luz trasera.